TERREMOTO

Todos o casi todos nos acordamos de aquella madrugada del 2010, recordamos qué hicimos luego del impacto del movimiento, a quien llamamos, en quien pensamos, etc. Esa experiencia se fijó porque tuvo un gran impacto emocional en nuestras vidas.

Así también ocurren terremotos en nuestras existencias particulares, nuestros propios terremotos: una pérdida de trabajo, una enfermedad, una ruptura amorosa, una experiencia de aquellas que nunca nos imaginamos vivir…la vida cambió en el mismo tiempo que se nos movió todo en aquella madrugada y también mucho de nuestras vidas quedó en el suelo, asi como aquel febrero en nuestras casas.

¿Qué hicimos luego del movimiento en aquel verano?, revisamos cómo estaba todo, recogimos, limpiamos, acogimos a amigos que vinieron a casa porque sus lugares habían sufrido algún problema mayor, llamamos a nuestros seres queridos, calmamos a nuestra familia, tratamos de informarnos cómo estaba el País, nos preparamos un café.  En resumen, nuestro esfuerzo estuvo en restablecer el orden y la tranquilidad, en acompañarnos para luego seguir adelante.

Bien, eso mismo hay que hacer en los terremotos particulares: mirar el estado de la situación, acompañarse, ordenar el interior, acoger la tristeza o el miedo o la emoción que surja, llamar a los amigos para buscar cariño…” tomarnos un café con nosotros mismos”. ¿Para qué? Para restablecer nuestra tranquilidad y salir adelante.

Vendrán réplicas, claro que vendrán, todo terremoto las trae. Y nos removerán nuevamente, ¡claro que lo harán! Y hay que acoger esas replicas con todo aquello que trae para que pasada ésta, nuevamente nos levantemos y sigamos adelante.

Si estás atravesando un terremoto en tu vida o una réplica de éste, y necesitas restablecer tu orden, yo puedo darte una mano.

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