SIN CEDER
No cedas al desánimo.
No cedas al pensamiento saboteador.
No cedas a vivir sin entusiasmo.
No cedas a creer que lo normal es igual a lo frecuente.
No cedas a la intención de “tirar la toalla”.
No cedas a la falsa comodidad.
No cedas a la tentación de seguir en lo mismo cuando eso “” no te trae plenitud.
No cedas a la costumbre.
Porque vivir no es ceder a lo fácil, a lo cómodo, a lo conocido. Es atreverse a lo desafiante, a un rato de incomodidad, a sorprenderse con lo nuevo con la nueva mirada para ver lo mismo y cuando tomas el riesgo de movilizarte, no es necesario cambiar lo que eres o lo que haces, pero sí es posible valorar y disfrutar aquello que hasta entonces vivías desde la inercia.
Si estás en un momento en que necesitas no ceder, yo puedo darte una mano