A RATOS…
A ratos me cuesta escribir. Cuando trato de hacerlo pensando en quién me leerá, en que “guste”, en que “llegue”, parece que las palabras sentidas se escaparan de mí y llegaran frases cognitivas, sin arraigo, sin alma.
A ratos me cuesta continuar con Tikun-Olam. Cuando trato de buscar la rentabilización, cuando mi intención se aleja del sentido primero: ser un aporte en reparar el mundo…tu mundo…así como un día he tenido que emprender el camino de la reparación del mío propio.
A ratos pierdo la conexión con mi alegría basal. Cuando comienzo a atender a lo perdido por sobre lo que tengo, cuando vivo conectada a las expectativas en vez de conectada a la realidad, cuando aún espero lo que quise y pierdo de vista lo que es.
A ratos parece que entro en la “máquina”, cuando me alejo de vivir pero hay momentos en que escribir es llano, fluido, “brotante” casi verborreico y eso es cuando me adentro sin intención, sumergiéndome y empapándome del sentido que para mí, tiene escribir. Cuando viajo a mi mundo interno, allí donde hay silencio, donde no existe la premura ni la exigencia…algo así como mi Valle Las Trancas interior, allí donde no hay antes ni después de el mismo momento en que escribo, donde los dolores no tienen cabida y hasta las alegrías parecieran interrumpir…solo la satisfacción, la plenitud de estar escribiendo, son quienes me acompañan…parece que en ese espacio, mi lápiz tuviera una conexión directa con lo que me nace decir y estas palabras parecen no pasar por la cognición, aquella que en otros ratos, modifica el sentido de lo que quiero transmitir.
Escribir lo que escribo, es algo que puedo hacer sin la intención de “ganar” y saber esto, reconocer esto, me libera.
Quisiera que esas palabras mías, que surgen de “la no intención”, tuvieran el efecto de ser un aporte para ti, que le sirvieran a tu vida, que te hicieran reflexionar y que fueran una invitación para adentrarte tú también, en ese plácido lugar que eres tú mismo.
Para qué te cuento esto? Para que busques ese espacio en ti, aquel de plenitud más allá de la ganancia. Aquel de satisfacción, más allá de los resultados. Aquel que en total congruencia entre el pensar y el sentir, te reafirma: sí, por aquí es.
Si estás en un momento de la vida que necesitas esos “a ratos”, yo puedo darte una mano.