LA FORMA PROPIA

En mi empeño por sacar adelante Tikún-Olam, he grabado videos – entre otras cosas que he hecho – pero claramente no he logrado tener los alcances que creo son adecuados para ser un aporte en reparar el mundo.  Cuando esto ocurre – es decir que se trabaja mucho y se obtienen pocos resultados exitosos – es el momento de pensar dónde está aquello que hay que mejorar.

Ya que tengo el privilegio de trabajar con dos personas, ellos me sugirieron hacer algunos cambios y esto me llevó a pensar en lo difícil que se presenta hacer cambios a lo que cada uno es, cualquiera sea el tipo de cambio que se requiera hacer en uno mismo.

Pareciera que a ratos nuestras formas, que las llevamos a la vida naturalmente, sin pensarlas mucho, sin siquiera mirarlas tanto, a veces necesitan – por alguna razón – que le hagamos alguna modificación y quizás esta tarea parece abrumadora o confusa o tan difícil de llevar a cabo que la primera reacción sea la resistencia, y la segunda, al ver el efecto que esa forma provoca en el entorno, es una serie de interrogantes que se agolpan: ¿por dónde comienzo?, ¿cómo lo hago?, ¿qué es exactamente lo que he de mejorar?, ¿cuándo comienzo?…etc.

Cambiar aquello que se necesita cambiar es distinto a mejorar, aunque puede incluir mejorar; pero es distinto pues mejorar va más por la intensificación de algo bueno, pero cambiar es ir hacia un lugar distinto y, puede ser, que el primer paso que se ha de dar, sea justamente ese: imbuirse del lugar a donde se quiere llegar.

En todo caso, no se sopesa lo arraigada que está la forma propia en el sí mismo ni lo difícil que puede ser cambiarla, hasta que no es necesario hacerlo.

Si estás en un momento en que quieres o necesitas modificar algo en tu forma de salir al mundo, yo puedo darte una mano.

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