POSITIVO – DESCONEXION

Cuando surge una dificultad considerable a uno mismo o a un ser muy significativo, hay una diferencia muy grande – aunque poco perceptible – respecto a la forma de acogerla y dice relación entre ser positivo o desconectado.

Ser positivo y conectado con las emociones que se viven en estos casos, implica primero darse el tiempo para sentir esas emociones, aunque sean confusas, luego se aclararán y decantarán en un par. Implica vivir esas emociones en su realidad aun cuando sea complejo, particularmente si se trata de un ser muy querido al que se ha de acompañar… y dicho sea de paso, esto no lleva a estar inundado emocionalmente.

Ya con menos turbulencia interna, llega el momento de pensar y ahí, hay preguntas para responder: con quién comparto esto para que me acompañe y ayude, cómo ocurrió la dificultad, en qué lugar de ello soy responsable (no culpable), cuál es el paso mínimo siguiente para salir adelante,etc. Luego viene la acción, si la dificultad es propia, entonces es el momento de comenzar a poner en marcha esos primeros pasos mínimos y si es una persona querida, ser el puntal para que dé esos primeros pasos.

En definitiva, lo que marca la diferencia en la forma de acoger el problema es en atreverse a vivir, a sentir, a contactarse con las emociones “poco gratas” pero reales y esperables. Por otra parte, cabe notar que una persona que acoge la vida de una manera positiva, lo hace habitualmente, (no es que le llegó un shock de positivismo frente al problema) por ejemplo, se anticipa favoralemete a las situaciones en lo cotidiano (si está helado no supone que se va a resfriar), se levanta con un buen ánimo, encuentra el lado bueno de las cosas de manera natural y verdadera, etc.

Vivir las dificultades importantes en desconexión disfrazado de positivismo, tiene más que ver con negar la emocionalidad que surge ante el problema, alejarse del contacto bajo excusas como por ejemplo mucho trabajo, o falta de tiempo, o postergar el encuentro ya sea con su propia emoción o la de quién esté en la situación compleja. Un ejemplo muy notorio es la frase automática en el momento de enterarse de la situación difícil: “no te preocupes si todo va a estar bien” y no es que esta frase tenga algo “malo”, por lo demás es cierta: todo va a estar bien…siempre; el punto está en “automático”, sin una posterior reflexión que lleve a acercarse a sí mismo o al otro para tener ese contacto profundo y honesto con lo que se vive.

¿La importancia de vivir en conexión? … muchas, primero que si la dificultad es propia, el punto de inicio para salir adelante ha de ser adecuado, para que los pasos siguientes también lo sean. Si la dificultad es de otro, vivir en conexión permite acompañar verdaderamente a ese otro, de lo contrario, en lo real, lo dejas solo.

Y tú ¿desde donde acoges las dificultades?

Si quieres hacer el tránsito de la desconexión hacia la conexión emocional, por ti o para estar al lado de quien lo necesita, yo puedo darte una mano.

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