MANIFESTACIONES
Desde hace un tiempo a hoy han estado de moda las «manifestaciones», los «decretos» y otras ideas como estas que hacen referencia a decir aquello que se quiere tener o lograr -material o no.
Pero »manifestar» no basta para lograr y más bien es el punto de partida para un proceso tanto concreto hacia el exterior como interno, que finalmente conduce al logro o a la aceptación serena del «no-logro» o del logro desde una situación distinta a la manifestada concretamente. Es decir, no es que deseando algo ese algo va a llegar mágicamente., como si por el sólo hecho de manifestar y seguir haciendo lo mismo que antes, algo pasara, si fuera así ¿porqué no lo tienes aún?, o ¿para qué hacer lo que sea si basta con decir lo que se quiere?.
¿Cuándo esa manifestación llega a la realidad?
Cuando ésta – como dije antes – no es más que el punto de partida, cuando ésta es lo mismo que la determinación de lograr aquello que se quiere mediante un trabajo real, además de un extra al trabajo que ya se estaba realizando habitualmente; a un trabajo en la capacidad de recibir y a un trabajo en la capacidad de creer y de hacer todo lo anterior pensando que se logrará.
Es el conjunto de todo esto y de el detalle de todo esto es lo que lleva a la llamada manifestación.
Tener la idea de que es una manera novedosa de conseguir lo que se quiere, es equivocado tal vez, lo novedoso son las estrategias a llevar a cabo para lograr, el trabajo que se ha de realizar, la visión con que se emprende el camino, la confianza con la que se dan los pasos, la manera de encontrar la certeza de que, ocurra o no lo específico, aquello que se logre, seguro será bueno.
Si estás en un momento en que quieres conseguir algo que para ti es valioso, puedo acompañarte en el trabajo a realizar… yo puedo darte una mano.
