INCENDIOS DEL ALMA
Cuantos de nosotros hemos vivido la experiencia de devastadores incendios en nuestras vidas, esos que queman el corazón y parecieran lacerar el alma.
Qué tanto más tremendos aquellos en que intervienen otros.
En medio del incendio sólo hay espacio para batallar en apagarlo. Primero se intenta apagarlo solo, luego es necesario buscar ayuda y en conjunto hacer todo lo posible y necesario para aplacar y consumir las llamas.
Una vez ya apagado sólo el paso del tiempo mostrará la real magnitud del daño.
Darse cuenta de este proceso -particularmente cuando se está evaluando la magnitud del daño – surge en un silencio dolorosamente contemplativo, cómo el cansancio del esfuerzo desplegado por apagar las llamas, hace lento y difícil ponerse de pie para recorrer el terreno.
En este momento se requiere coraje para hacer ese recorrido.
Pero, igualmente, llega el instante en que habiendo vivido todo lo anterior, es necesario comenzar a reconstruir…a pesar de que aún quede humo en el corazón.
Si estás en algún incendio de tu alma yo puedo darte una mano.