ESTAR PREPARADO
Hay que estar preparado para morir. Si la muerte sorprende en un momento verdaderamente inesperado, es necesario haber vivido de tal forma, que aun en la sorpresa, morir sea un buen morir.
Y prepararse para morir es ajeno a «gastar, salir, viajar…etc», todo esto es hacia afuera y la preparación de la que hablo, es justamente a la inversa: hacia adentro.
En parte es haber cerrado lo pendiente en relación con otros, aunque no necesariamente cerrarlo “con” el otro, pues puede ser dar un curso aliviador a los pendientes en el propio mundo interno.
En parte es haber cerrado lo pendiente con uno mismo, no tener la sensación de que “te debes algo”.
En parte es vivir con la sensación de fluidez interna donde no hay temas atascados ya sea por lo que me hicieron o por lo que hice.
En parte es poder adentrarse y que sea agradable, ligero y calmo aquello con lo que me encuentro.
Y esto, ¿Cómo sería para ti?
Si estás en un momento en que quieres estar preparado, yo puedo darte una mano.