ELEGIR EL CAMINO

Cuántas veces nos quedamos sin reacción frente al dolor, como paralizados por el mismo.

Cuántas veces hacemos como que no ha pasado nada, cuando en realidad mucho está pasando.

Cuántas veces “cambiamos de tema”, cuando en realidad es justo “ese” tema el que hay que acoger.

Cuántas veces nos creemos extremadamente poderosos, aunque es en el dolor cuando más débiles estamos y más compañía nos hace falta.

Cuántas veces dejamos ese dolor tapado, cuando justamente lo que necesita es ser visto para sanarlo.

Cuántas veces creemos que aquello que nos ocurre es algo de lo que no podemos salir, cuando en realidad lo que más nos ayuda es creer que sea lo que sea, lograremos ponernos de pie.

Cuántas veces la resistencia a la realidad es la primera herramienta que consideramos, aunque es precisamente aceptar esa realidad lo que nos llevará al nuevo equilibrio.

Frente a grandes dolores, quedarse “tapando la cara con la sábana” no es el camino y “suponer” que hacer esto es una buena manera de atravesar por este momento, no es una buena idea.

Frente a los grandes dolores, muchas veces requerimos que otro nos ayude a pensar mejor, pues esos dolores obnubilan el pensamiento y desde acá, no sabemos bien cómo avanzar, no sabemos elegir el camino.

Si estás en un momento en que necesitas trascender tu dolor, yo puedo darte una mano.

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