CUÁL ES EL DESAFÍO
A veces, emprendemos caminos para conseguir un gran logro, por ejemplo, un examen de grado y determinamos que el gran desafío está en estudiar lo suficiente como para aprobarlo y más aún, aprobarlo con una nota superior. También podemos verlo cuando buscamos un trabajo, no sólo encontrarlo es el objetivo, sino encontrarlo en una empresa de las grandes ligas y con un salario más alto que la media.
En ambos casos es cierto que el logro está en la aprobación o en ser contratado en esa empresa determinada. Pensamos entonces que donde tenemos que poner el foco de esfuerzo está en un acabado estudio y en una entrevista que muestre amplios conocimientos y basta experiencia. Totalmente cierto.
Pero cuando ya se ha logrado ese acabado estudio o esos conocimientos y experiencia, el foco ya no está acá, sino en el temple que logramos al momento del examen o de la entrevista laboral.
(Y el temple es la capacidad de tener a raya los naturales y esperables nervios y digo “naturales y esperables” porque pretender ir en tranquilidad absoluta, puede que sea una expectativa un tanto alta, considerando que “el nervio” viene a avisarnos que estamos atravesaremos por un momento que, en algún sentido, implica riesgo).
Por lo tanto, en ese instante hemos de cambiar el foco de atención ya que de nada sirve seguir estudiando o continuar preparando el discurso para la entrevista, y en tanto lo sigamos poniendo en esto, descuidaremos lo que ahora sí es aquello en lo que hay que poner intención: la capacidad de saber cuál es ahora el desafío y trabajar en ello.
Si estas en un momento en que requieres poner el foco donde se necesita realmente, para acoger tu gran desafío, yo puedo darte una mano.
Estoy muy de acuerdo, el temple es un factor crucial para el éxito en situaciones desafiantes. Los nervios y la presión son naturales, pero si no se controlan adecuadamente, pueden afectar negativamente nuestro rendimiento.