AGRARRARSE DE LA VIDA
¿Por qué querer vivir cuando por alguna razón se nos hace patente morir?
¿Porqué no apreciar el día a día cuando ese día a día pareciera ser eterno en vez de apreciarlo cuando reconocemos su finitud?
¿Por qué no darle el inmenso valor que tienen esos momentos mágicos como, por ejemplo, ver reír a los hijos cuando están en la mesa en un almuerzo de domingo y, en vez de esto, darle ese valor cuando esos almuerzos son habituales y no cuando sabemos que son los últimos?
¿Por qué no sopesar en su real magnitud lo fundamental cuando eso fundamental está a la mano y no cuando lo vamos perdiendo?
¿Por qué no acoger con alegría un fin de semana en familia – aun cuando se perfile trabajoso o igual a los de siempre – cuando la llegada de los viernes pareciera ser una certeza en vez de querer atrapar esa alegría cuando quedan pocos viernes?
¿Por qué no querer tomar las decisiones que te llevan a una vida plena cuando crees tener todo el tiempo para disfrutar de esa plenitud en vez de querer tomarlas en la premura de que no hay tiempo?
Es que no puede ser que la muerte sea la que te muestre tus tesoros porque la muerte es lo ultimo y tus tesoros, los hayas visto o no, te han acompañado durante mucho más tiempo que los últimos instantes.
Sin embargo, nunca es demasiado tarde hasta que ….lo es verdaderamente.
Si estás en un momento en que quieres agarrarte de la vida, cuando se supone que te queda mucha, yo puedo darte una mano.