NO ES GARANTÍA
Una excelente preparación para el examen de grado no asegura indefectiblemente el éxito en su resultado.
¿Por qué? porque en la vida hay muchos más imponderables de aquellos que puedes tener bajo control.
¿Cómo enfrentar esta realidad? Teniendo la certeza y la confianza que tu preparación fue la mejor que pudiste hacer, que diste todo lo posible y que el resultado final ha de ser la mezcla, justamente, de esa preparación con esos imponderables.
¿El éxito? nada que decir, si no es así, tienes que llorar lo que te duele, luego observar donde estuvo el fallo, qué lo produjo, qué de eso está en tu capacidad de mejorar; hacerlo y pedir hora para la nueva oportunidad.
Sopesar las situaciones no cambia el nivel de dificultad, no cambia la emoción, no cambia el resultado obtenido, no retrocede el tiempo, pero sí cambia la manera en que acoges nuevamente esa misma situación, cambia la posibilidad o no posibilidad de haber aprendido lo que eso vivido puede enseñarte, y produce un movimiento interno que no habrías dado si no hubiera sido por esa experiencia. Si hoy no comprendes el sentido de esto, pierde cuidado, un día con certeza dirás «pensar que cuando reprobé lloré tanto y, mira, para esto fue»
¿Tener la comprensión cognitiva de esto cambia la sensación que tienes hoy luego de haber reprobado? No, en absolutos. Pero si te permite encender nuevamente el motor de arranque para seguir en marcha…esto es vivir.
Si requieres rendir nuevamente tu examen de grado, yo puedo darte una mano.