PLAN SALUDABLE

¿Tienes la experiencia de mirarte y pensar que estás poco saludable, entonces te haces un plan de alimentación y ejercicios que con todo entusiasmo y convicción llevas a cabo por un mes, pero luego es más grato abandonar el esfuerzo y optar por la comodidad del no hacer?
Esto mismo puede ocurrir en otro orden de objetivos que nacen al ver una necesidad y que después de un rato, ya sea porque la necesidad comienza a ser “menos necesaria” o porque – inconscientemente tal vez – haces vista gorda de aquello que en otro momento era foco; abandonas el empeño ¿hasta cuándo? Hasta que vuelve a ser “necesario” reemprender el esfuerzo y así vas, de tiempo en tiempo a medios entusiasmos, a medios intentos y a escaso o nulo resultado.
Y es que cuando ya no te sientes tan mal – si hablamos del plan saludable – o ha mejorado en algo lo que gatilló tu empeño – en el caso de otros objetivos – pareciera ser que la fuerza impulsora disminuye, que la “urgencia” al no ser tan urgente, pierde el sentido o se diluye en la comodidad.
Entonces la pregunta que es importante que te hagas es “¿qué me falta para perseverar aún cuando las condiciones iniciales que me impulsaron vayan mejorando? O incluso ¿qué necesito para que el hecho de que las condiciones iniciales vayan mejorando sea una motivación para seguir adelante con mi empeño? O ¿qué necesito para que si las condiciones originales van mejorando no caiga en el autoengaño de que ya no necesito continuar en mi plan?
Si estás en un momento en que requieres buscar y encontrar lo necesario para continuar con tu “plan saludable” yo puedo darte una mano.