EMPRENDER LA MARCHA

Hace muchos años atrás…muchos aprendí que cuando uno quiere lograr algo muy pero muy importante en la vida, hay que emprender la marcha teniendo o no compañía, teniendo o no apoyo, teniendo o no las condiciones ideales para hacerlo.

Cuando se quiere emprender la marcha de ese camino que el corazón y el pensamiento dicen que por ahí es, lo que se requiere realmente es: emprenderla. Dejar de mirar lo que no hay, dejar de atender a lo difícil, olvidar por un rato el tiempo y hasta olvidar por un rato los reveses dejando de estos sólo lo que nos sirve.

Si alguien te prometió ayudarte y no lo hace. Olvídalo sin hacer siquiera un juicio, simplemente sigue adelante.

Si tenías ciertas condiciones que cambiaron. Déjalo ahí, ya vendrán de nuevo o llegarán otras condiciones, simplemente sigue adelante.

Si tardaste más de lo esperado, deja el calendario guardado por un rato para que no sea la demora la que condicione el logro.

Si otros han emprendido un camino similar y has visto que tuvieron dificultades, no te resistas pues lo que se resiste persiste, confía en que tú no eres esas personas y que, si las dificultades también llegan, sabrás sobreponerte a ellas porque estás mejor preparado.

El límite siempre está en ese sabio juego entre la aceptación y el esfuerzo, por lo tanto, una muy importante característica que has de tener es saber jugar este juego con la conciencia que se requiere.

Si estás en un momento en que quieres emprender la marcha, yo puedo darte una mano

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