LA VIDA CONTINÍUA

La vida continúa siempre, hasta que se acaba a este lado de la existencia, pero a veces, despedimos – en algún sentido – personas que nos han acompañado y aunque la vida continúe, hay algo que cambia y ese cambio, el corazón lo sabe y lo vive.

Cuando una persona que quieres “da un paso al lado”, queda un silencio, un silencio no llenable…algo así como si por un rato el mundo quedara suspendido en ese silencio y claro, pasado ese tiempo, la rutina regresa al ruido y el mundo sale del paréntesis para volver a girar.

Cuando una persona que quieres “da un paso al lado”, comprendes la falsedad de aquella frase “nadie es imprescindible” …sí, tal vez la función que cumple esa persona es fácil de reemplazar con otra, pero no al ser que estaba allí.

Tomarás el teléfono para llamarla y recordarás que no es ese el número que has de marcar…ya no reirás con las “tonteras” que gatillaban otra “tontera” y que terminaba en una risotada cuando estabas en una reunión de trabajo…sí estos son los pequeños cambios irremplazables, los que menos se ven, pero lo que más valor tienen.

Cuando una persona que quieres “da un paso al lado” igualmente la vida continúa, cierto, pero por un instante, es bueno detenerse para agradecer profundamente…profundamente el paso de esa persona por el camino propio, es bueno detenerse en qué te provoca ese distanciamiento, es bueno detenerse para repasar la historia vivida en conjunto, es bueno detenerse a mirar cómo los caminos se bifurcan, es bueno detenerse para sopesar lo que ocurre en el interior: “sí, no me da lo mismo”.

Si estás en un momento en que requieres detenerte para despedir a alguien valioso en tu vida, yo puedo darte una mano.

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