QUÉ TIENE QUE OCURRIR

Supe de un alguien con gran cantidad de dificultades, con casi todos los flancos de la vida abiertos: falta de salud, dificultades económicas, falta de trabajo, una historia no sanada, etc. Y claro, cuando el entorno se enteró de tan dramática situación, se puso en marcha y desplegó gran cantidad de apoyos hasta que entre todos lograron dar un impulso y una ayuda concreta para que esa persona saliera adelante con bien.

Al tiempo, una de esas personas de la red de apoyo se encontró con quien habían ayudado y efectivamente, logró recuperarse en todos los aspectos y ya tenía una vida serena y establecida de manera adecuada.

¿La sorpresa? El discurso de la persona: a pesar de que todo iba mejor a ojos vistas, que todo lo objetivo y concreto estaba resuelto, su discurso seguía siendo de queja, del mal pasar que tenía, de los problemas familiares, de que el trabajo que antes faltaba ahora era un exceso, de que la casa que antes no tenía le demandaba mucho quehacer, que tenía que tomar remedios y era una esclavitud,  etc.

Un buen ejemplo para preguntar: ¿qué tiene que pasar para que estés bien?, ¿qué tiene que ocurrir para que en tu corazón haya agradecimiento?, ¿cómo tiene que ser tu día a día para que te sientas alegre?, ¿cómo tiene que ser tu sueño o tus expectativas de la jornada que se inicia, para que despiertes con buen ánimo?, ¿cuáles son las tareas que alegran tu corazón para que las hagas con una sonrisa interna que se refleje en tu rostro? …¿qué NECESITAS SANAR DENTRO DE TI para ver lo despejado de tu cielo, particularmente en comparación con la tormenta que dejaste atrás?

Y es que si la percepción de la vida es negativa cuando las cosas van mal….bueno…podría ser, pero si mi percepción de la vida y mi actitud frente a ella sigue siendo negativa cuando van bien, ¿no será que ya mi percepción de la vida dejó de depender de las ocurrencias y más bien es el lente que me he puesto para mirar?

Vamos a nosotros mismo y hagámonos estas preguntas: en la vida real que tengo, en mi día a día ¿Qué tiene que ocurrirme para detener abruptamente mis labores y darme cuenta de que estoy bien?, ¿qué tiene que ocurrir para que en mi corazón haya agradecimiento? ¿cómo tiene que ser mi día a día para sentirme alegre, con una alegría basal? ¿será que necesito sanar algo dentro de mi para poder apreciar lo despejado de mi cielo?

Si estás en un momento en que quieres responder estas preguntas, yo puedo darte una mano.

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