CUAL DE LOS DOS CAMINOS

En mi experiencia profesional acompañando a los pacientes a morir, me he encontrado con dos maneras de abordar la muerte, tanto de los pacientes como de sus familias: aceptando que ocurrirá, negando que ocurrirá.  ¿La diferencia entre una y otra forma?: para qué decir la manera en que se vive cuando llega el momento o cómo quedan las familias luego de que la persona ya no está. Pero ésta que es la más notoria de la diferencia no es la única.  También está la manera en que se vive el último tiempo, el aprendizaje de vida que queda, etc.

Pero ¿qué hace que una persona tome uno u otro camino al final de sus días? ¿qué hace que una persona a quien se le ha regalado la posibilidad de despedirse prefiera hacer como que todo está bien y que la vida es eterna?

Hay un rato que naturalmente el estado interno es de negación, el problema está cuando la persona y/o su familia, se quedan en ese estado y ¿por qué es problema?, porque sea cual sea la situación siempre es problema no contarse la realidad como es ya que las decisiones que se toman, las acciones que se llevan a cabo, la forma en que se ve la vida, etc, cambia drásticamente si lo hacemos desde la realidad que desde la negación o la ficción.

Si yo sé…o más o menos se supone … que moriré pronto, distribuiría de otra manera mi tiempo, daría jerarquía distinta a mis actividades, cerraría todo aquello que tengo abierto, diría todo lo que o he dicho y escribiría todo lo que no he escrito y tal vez esto que estoy “tecleando” ahora, tendría un tono distinto y no aprovechar este regalo que me da la vida, sería un desperdicio y desagradecimiento tremendos.  ¿Qué debiéramos vivir siempre como si fuéramos a morir en un rato? Es cierto, porque si así fuera viviríamos siempre distribuyendo el tiempo de otra manera, dando jerarquía distintas a las actividades, etc; pero como en realidad, pocas veces vivimos con la conciencia de finitud, cuando esta se nos pone en frente, lo mínimo es aprovecharla.

Negar la realidad, no la cambia; contarnos la realidad de una manera distinta a la que es, no hace que sea distinta; inventarnos que las cosas son como queremos cuando no lo son, no hace que lo sean.

Tomar uno u otro camino antes de morir, tal vez sea el mayor gesto de haber “vivido bien”….o no.

Si estás en un momento en que has de elegir camino o conoces a alguien cercano que ha de elegir camino, yo puedo darte una mano

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