EL PROCESO DEL DOLOR
Trascender el dolor es un proceso, que toma tiempo y requiere trabajo, paciencia, confianza; entre otras tantas habilidades personales.
Al comienzo de este proceso, el dolor se vive como algo álgido, permanente, a veces hasta desestructurante y a veces hay un correlato corporal de dolor, es decir, hasta duele el cuerpo…pareciera que llorar no bastara para liberarse de él y da la impresión de que será así para siempre.
Luego de un tiempo y de hacer algo para estar mejor – muchas veces el entorno es fundamental par superar la primera etapa – el dolor comienza a disminuir, el llanto si alivia, se pasan espacios de tiempo con más tristeza que con esa sensación desesetructurante, pero aun se está lejos de retomar la vida normal.
El paso siguiente es cuando decrece la intensidad considerablemente, ya se pasa más tiempo en tristeza y aparecen los espacios en que hasta la tristeza ya no está presente. Se comienzan a retomar, lentamente, algunas actividades y, lo más importante, va surgiendo la aceptación de la nueva realidad lo que trae aparejada una brizna de esperanza que a ratos ni siquiera se es consciente, pero igualmente está.
Finalmente, el dolor sede, ya la vida se ha retomando aunque la “velocidad interna” pareciera aún ser más lenta que antes. Se llora muy menos y empieza el encuentro con una especie de “conformidad” (no es lo mismo a conformismo), una suerte de verdadero consuelo.
Hay quienes pasan a otra etapa y esta es el encuentro de un sentido para ese dolor de ayer, un sentido que lleva a acciones concretas, muchas veces puestas al servicio de otros.
Como todo proceso, no es lineal, no es que se pasa de una etapa a otra de manera tajante. A veces se retrocede a alguna anterior y a veces el dolor reaparece, pero esto cada vez se distancia más en el tiempo.
Y no hay que confundir este proceso con salir del dolor quedando con un enganche poco notorio que igualmente no permite avanzar…un ejemplo de ese enganche es una creencia limitante, otro es la añoranza, otro es el trauma; todos ejemplos en los que se llegó a un punto en el sanar, pero no se logró sanar completamente y ese “algo que falta”, conscientemente o no, afecta el presente.
Si estás en un momento en que requieres dar los últimos pasos para terminar la “dieta”, yo puedo darte una mano.