DIAGNÓSTICO

Si hay un momento duro para un ser humano, recibir la noticia de una enfermedad de carácter terminal, es uno de ellos y lo es tanto que la psiquis se protege del impacto, negando la realidad…esta es una manera de defenderse de los posibles estragos que producen noticias o situaciones como estas.

La persona, literalmente, no puede creer lo que ha escuchado, es como una pesadilla o “no me está pasando a mí”.

El diagnóstico es el comienzo de un cambio inesperado e indeseado en la vida, del paciente y de la familia.

A veces ocurre un profundo silencio, como si se “hubiera apagado el mundo”, como si todo el ruido de la ciudad hubiera quedado suspendido, ajeno, distante…a veces la sensación es que se hubiera caído todo alrededor, como un terremoto grado nueve y con esta sensación se regresa a casa.

En medio de la negación hay chispazos de realidad que abarcan todo tipo de ámbitos del vivir: ¿cómo comunico esto a mi familia?, ¿qué decisiones tengo que tomar respecto al futuro?, ¿cuál es el orden de los pasos que he de seguir?, ¿qué es lo que médicamente me corresponde hacer ahora?, ¿podré sostener económicamente el tratamiento?, ¿alguien podrá darme un tiempo exacto de lo “que me queda”?…y así un listado largo de preguntas, dudas, incertidumbres.

A la mañana siguiente, lo primero que llega a tu conciencia es la pregunta ¿lo soñé?…

Vivir este momento requiere de compañía, requiere de cariño, de paciencia, de templanza…es un momento que, como pocos, requiere que pongas en acción todos tus recursos internos y tal vez, uno de los más importantes, centrarte en el presente para ir dando los pasos de a uno.

Si estás en un momento en que has recibido un diagnóstico de este tipo o tienes un cercano significativo que lo ha hecho, yo puedo darte una mano.

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