FRAGILIDAD

Hay momentos en que la vida se vuelve frágil, el equilibrio es tambaleante y la armonía no encuentra la nota interna que pueda mantenerla.  En esos momentos el pensamiento se vuelve monotemático por lo que al despertar y antes de dormir, lo primero y lo último que aparece es el tema aquel que ha vuelto de vidrio nuestro suelo, que ha puesto un techo muy cerca de nuestra mirada y que parece haber borrado el camino hacia adelante.

Son momentos de fragilidad, pero estar frágil no es estar débil.

Y cuando esto ocurre, es momento de permitirse a uno mismo, el estar un tiempo en eso que, si bien no es cómodo, sí es lo que es y a ratos, saber tolerar lo incómodo es parte de vivir.

Pero luego de haber saboreado el amargo de la vida, es momento de ingresar el alma al cuerpo nuevamente, levantar la mirada, respirar profundo y hacer el gesto humano de ponerse de pie para reemprender la marcha; ya que el tema no es el rato de paréntesis en el sabor de la dificultad, sino que ese rato dure un tiempo acotado, que ese paréntesis sea del ancho adecuado y que el sabor menos dulce seamos capaces de pasarlo con un poco del agua de la esperanza.

Busca algo que te alegre hacer, como por ejemplo juntarte con alguna amiga o hacer un asado el fin de semana, ir a tomar un café a alguna parte, salir a caminar cuando termina el día, ver una película entretenida, cocinar algo rico y todos los etc que se te ocurran, incluyendo el salir conscientemente del pensamiento monotemático cada vez que te sorprendas en él y has todo esto hasta que logres ir torciendo el mal momento y volver a estar bien.

Y ya reincorporándote, en paralelo verás cómo empiezan a abrir caminos, cómo aparecen alternativas que antes no se habían visto, cómo comienzan a haber movimientos esperanzadores que tal vez no te lleven al punto de donde te saco el evento difícil, pero sí te lleva a un punto nuevo donde igual puedes encontrar lo que buscabas en el anterior sólo que desde otro lugar.

Mantén la confianza, la flexibilidad, la capacidad de aceptar lo nuevo, de recibir los regalos de la existencia, de reencender la ilusión, de disfrutar el cariño que siempre tienes a tu alrededor pero que en este momento se nota más.  Mantén la templanza, la autoconciencia activa -más que en otros instantes -el contacto contigo, con tu sentir, con un discernimiento correcto que te permita tomar decisiones adecuadas y hazte acompañar. Así, el techo que se había puesto encima comenzará a tener distancia y podrás volver a ver un camino que te lleve hacia adelante.

Si estás atravesando un tiempo en el que necesitas volver ver ese camino hacia adelante, yo puedo darte una mano.

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